El gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha Moya, está al borde del precipicio político. En medio de escándalos crecientes, Raymundo Riva Palacio en su columna más reciente para El Financiero describe el desafío monumental que enfrenta Rocha Moya: una tormenta política que amenaza con hundir su administración. Los críticos están al acecho, y la opinión pública no se queda atrás, cuestionando si el mandatario está realmente al mando o si su gobierno ha perdido el rumbo.
Sinaloa en el abismo: Narcotráfico, corrupción y la sombra del “Mayo” Zambada
La administración de Rocha Moya se ha visto envuelta en una serie de situaciones que han minado su credibilidad. El narcotráfico sigue siendo un problema omnipresente en la región, y los recientes eventos que involucran la captura de líderes criminales de alto perfil solo han aumentado las dudas sobre la capacidad de Rocha para controlar la situación. La sospecha de que miembros del crimen organizado siguen influyendo en el gobierno es cada vez más difícil de ignorar.
El “Mayo” Zambada, uno de los líderes más notorios del Cártel de Sinaloa, fue capturado en un evento que causó revuelo en todo el país. Aunque parecía una victoria para las fuerzas de seguridad, los detractores de Rocha Moya han comenzado a cuestionar su papel en los operativos y su lealtad a la justicia. ¿Realmente está luchando contra el narcotráfico o está siendo manipulado por poderes más oscuros?
¿Una crisis de gobernabilidad?
Los expertos ya están hablando de una posible crisis de gobernabilidad en Sinaloa. La desconfianza hacia Rocha Moya ha crecido a niveles alarmantes, y la sombra de la corrupción parece cernirse sobre su administración. La opinión pública, que alguna vez lo apoyó, ahora se pregunta si el gobernador está haciendo todo lo posible para restaurar la paz y el orden, o si ha permitido que el caos reine en el estado.
La crítica que lanza Riva Palacio en su columna es brutal: el gobernador ha fallado en cumplir con sus promesas de campaña y ha permitido que las estructuras criminales sigan operando con impunidad. La población está cansada de los mismos discursos vacíos y las excusas de siempre. El nivel de violencia y crimen en Sinaloa sigue escalando, y la pregunta es: ¿cuánto más puede soportar Rocha Moya antes de que todo colapse?
La traición política
En medio de todo esto, las relaciones políticas de Rocha Moya también están al borde del colapso. Se rumorea que algunos de sus aliados más cercanos están considerando abandonar el barco antes de que el gobernador termine por arrastrarlos con él. Su incapacidad para manejar la crisis del narcotráfico y la creciente desconfianza hacia su liderazgo han hecho que muchos en su partido se cuestionen si Rocha Moya es el hombre adecuado para dirigir Sinaloa en estos tiempos tan difíciles.
El gobernador se encuentra en una encrucijada: o toma medidas contundentes para recuperar el control de su administración, o verá cómo su carrera política se desmorona ante sus ojos. Los ojos de todo México están puestos en Sinaloa, esperando ver qué decisiones toma Rocha Moya para salvar su mandato.
Rocha Moya y los medios: ¿Otra batalla por venir?
Por si fuera poco, el gobernador también enfrenta críticas feroces por su manejo de la relación con los medios de comunicación. La libertad de prensa ha sido otro tema candente durante su mandato, con periodistas denunciando intentos de intimidación y censura por parte del gobierno estatal. A pesar de que Rocha Moya ha tratado de desmentir estas acusaciones, su postura hacia la prensa ha sido objeto de duras críticas tanto a nivel local como internacional.
La batalla entre Rocha Moya y la prensa no es nueva, pero ha escalado en los últimos meses, al punto en que algunos periodistas temen por su seguridad. La pregunta que muchos se hacen es: ¿hasta dónde está dispuesto a llegar el gobernador para proteger su imagen y silenciar a aquellos que se atreven a cuestionarlo?
El reloj está corriendo
Mientras tanto, el reloj sigue corriendo para Rocha Moya. Su tiempo en el poder podría estar acabándose si no logra implementar cambios drásticos para enfrentar tanto la corrupción como la violencia desenfrenada en Sinaloa. La presión es inmensa, y los ciudadanos exigen resultados, no más promesas vacías. El gobernador está en una lucha por su supervivencia política, y solo el tiempo dirá si logra salir de esta crisis o si su legado quedará manchado por el fracaso.
Fuente:https://www.elfinanciero.com.mx/opinion/raymundo-riva-palacio/2024/10/18/la-hora-de-rocha-moya/
