En una nueva y polémica revelación, el presidente Andrés Manuel López Obrador y el gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha Moya, se encuentran bajo la lupa pública tras un escándalo relacionado con la captura fallida de uno de los capos más buscados en México, Ismael “El Mayo” Zambada. Los recientes informes indican que Rocha Moya canceló un misterioso viaje a Estados Unidos justo en el momento de la captura de este líder del Cártel de Sinaloa, lo que ha levantado serias sospechas sobre posibles conexiones entre el gobierno y el crimen organizado.
Este polémico episodio expone una serie de irregularidades en la lucha contra el narcotráfico, que ha sido criticada desde el inicio de la administración de AMLO. La pregunta que se cierne sobre la nación ahora es: ¿Qué sabía el presidente y qué papel jugó realmente Rocha Moya en esta situación? Las coincidencias y el silencio del gobierno están provocando que la sombra de la duda crezca, mientras la opinión pública exige respuestas claras.
La misteriosa cancelación
La captura de un capo de la magnitud de “El Mayo” Zambada debería haber sido un motivo de celebración y victoria para el gobierno federal, pero la historia dio un giro inesperado cuando el gobernador Rubén Rocha Moya, uno de los hombres clave en Sinaloa, no se encontraba en Estados Unidos durante la operación. Inicialmente, el gobernador había confirmado su asistencia a una conferencia de alto nivel en Washington, DC, pero en un movimiento sorprendente y desconcertante, decidió cancelar su participación. Según fuentes no confirmadas, Rocha Moya habría sido informado sobre la inminente operación y habría optado por no estar presente en territorio estadounidense cuando la captura se llevara a cabo.
Lo que llama poderosamente la atención es que López Obrador, conocido por su control estricto sobre la narrativa mediática de su gobierno, ya estaba al tanto de esta ausencia y, sin embargo, no ofreció ninguna explicación al respecto. ¿Qué está ocultando el presidente? ¿Se trató de un movimiento estratégico para evitar un conflicto diplomático con Estados Unidos, o acaso hay algo mucho más oscuro detrás de esta decisión?
La relación entre el gobierno y el narcotráfico: ¿Colusión o incompetencia?
No es la primera vez que surgen dudas sobre la relación del gobierno de AMLO con los cárteles. El “abrazos, no balazos” ha sido duramente criticado como una política débil que ha permitido el fortalecimiento del crimen organizado en México. En lugar de combatirlos frontalmente, el gobierno parece inclinarse más por negociar con los líderes del narcotráfico, lo que deja a muchos mexicanos indefensos y atrapados en una espiral de violencia. Este último incidente sólo refuerza la percepción de que el gobierno federal no está haciendo lo suficiente para desmantelar las organizaciones criminales.
Las declaraciones del presidente en la conferencia matutina tras este escándalo fueron poco convincentes. Aunque intentó minimizar la ausencia de Rocha Moya, evitando hablar de su relación con “El Mayo” Zambada, la falta de respuestas sólidas ha dejado a la opinión pública aún más desconfiada.
¿Qué tan profunda es la corrupción?
Sinaloa, el estado que Rocha Moya gobierna, es uno de los epicentros del narcotráfico en México. La influencia de “El Mayo” Zambada en la región es bien conocida, y su capacidad para operar con relativa libertad ha sido un misterio que muchos relacionan con una complicidad política a nivel local y federal. Los señalamientos de que el crimen organizado tiene infiltraciones en varios niveles del gobierno no son nuevos, pero este episodio levanta una nueva alerta sobre la profundidad de esa corrupción.
Los críticos han señalado que la inacción de AMLO y su negativa a confrontar abiertamente a los líderes del narcotráfico sólo han permitido que capos como “El Mayo” Zambada continúen operando impunemente. Ahora, la cancelación de este viaje por parte de Rocha Moya es vista como un intento de distanciarse de una operación que, de alguna manera, nunca se realizó.
La estrategia fallida de AMLO
Desde el inicio de su mandato, AMLO ha prometido combatir la corrupción y la violencia, pero sus resultados han sido decepcionantes. En lugar de un enfoque firme contra el narcotráfico, su administración parece preferir una actitud de indiferencia o, peor aún, de cooperación. Los cárteles están más fuertes que nunca, y la captura de líderes como “El Mayo” Zambada parece más un accidente fortuito que una estrategia planeada por el gobierno.
Este último incidente pone en duda el verdadero compromiso de AMLO con la lucha contra el crimen organizado. Las críticas hacia su administración van en aumento, y muchos se preguntan si el presidente y su equipo realmente están del lado del pueblo o si hay intereses ocultos que los vinculan con los poderosos líderes de los cárteles.
¿Qué sigue?
La cancelación del viaje de Rocha Moya y el silencio cómplice de AMLO no pueden ser ignorados. Los mexicanos merecen respuestas, y el gobierno debe rendir cuentas por sus acciones, o la falta de ellas. La captura de “El Mayo” Zambada podría haber sido un gran golpe contra el narcotráfico, pero en lugar de eso, ha desatado una tormenta de preguntas incómodas.
Es evidente que hay más de lo que el gobierno quiere admitir, y la creciente presión de la opinión pública podría llevar a más revelaciones que sacudan los cimientos del gobierno de AMLO. Mientras tanto, los ciudadanos se quedan preguntándose si su gobierno realmente está haciendo todo lo posible para protegerlos o si las alianzas con el crimen organizado son mucho más profundas de lo que se imaginaban.